
Su dramática historia cala en la opinión pública y, gracias a ella, el periódico obtiene un gran éxito de ventas. Para sustentar la mentira, la periodista contrata a un mendigo para encarnar al personaje que demanda la opinión pública.
Su mirada me desarmó. Intenté hacerle más fotos pero no pude (me sentía mal al hacerlo), así que me puse a hablar con él. Nos tiramos una hora y media charlando. Así descubrí a la persona que se escondía tras esa mirada profunda y sincera.
Dos días más tarde volví a verle..
Le traje la foto impresa, lo cual le hizo mucha ilusión. Seguimos hablando y nos hicimos amigos. Jose vive en la calle pero es un tipo sumamente interesante. Ni él se considera un mendigo ni actúa como tal. Los vecinos del barrio le respetan. No es alcohólico, no busca follones, tampoco pide limosna... sólo busca gente con la que hablar.
"Quizás fue aquello lo que me impulsó a hacerle una entrevista. Quería saber cómo es posible vivir en la calle con la cabeza bien alta, con dignidad, como elección personal."
Jose es un personaje contradictorio. Supongo que en eso es igual que el resto, pero en su caso las contradicciones son la base de su carácter. El propio Jose me pidió que trajera una cámara y le grabara, pues habíamos intimado lo suficiente como sentirse cómodo hablando conmigo. Nos citamos dos días más tarde para realizar la entrevista. Y así lo hice. Pero ese día, cuando aparecí con el equipo, Jose estaba triste y no tenía ganas de hablar. Tampoco quería forzar la situación, así que lo di por perdido.
"¿Quién sabe cuándo podré volver?", pensé. "Ha sido un disparate. Otra idea descabellada..."